sábado, 22 de octubre de 2016




Justo en aquel momento me permití respirar, observar y pensar.
Dejé de buscar mi reflejo en el café y mire hacia el frente, disfruté de la vista, de mi propia compañía, de esa mañana fría que cubría con un polerón convertido en pijama. 
Luego de mucho tiempo me sentí agradecida, fuerte y tranquila. 
Hace cinco años no hubiese pensado todo las cosas que iban a pasar en este tiempo, pero acá estoy. 
Si tuviera la oportunidad de advertir a mi yo de dieciocho años por todas las cosas que tendrá que pasar, no lo haría, por que así como yo ella debe crecer.


1 comentario :

  1. Bonito escrito :)
    Cada una crece a su manera, yo diría que en vez de no alertar a tu yo anterior, dejarías que se repita tal cuál como fue.
    Un beso grande ^^ espero que puedas pasar por mi blog y ayudarme con la encuesta que estoy haciendo!

    S.

    ResponderBorrar